por Gregorio Angelcos
Pero en este juego que en Chile se convirtió en un entretenimiento de salón para los grupos oligárquicos, solo participan la oligarquía de los partidos políticos, la oligarquía de los empresarios, y con menor influencia, pero de igual gravitación en el plano valórico, la oligarquía de las instituciones religiosas.
El término oligarquía proviene del griego: y su significado etimológico está constituido por las palabras oligos : pocos, y arquía : poder. Oligarquía es una forma de gobierno donde unos pocos ejercen el poder. Este termino ha sido utilizado a nivel político y económico para describir la composición y exclusividad de las elites sociales que han mantenido el poder a través de la historia.Situados en nuestro tiempo y en nuestro país; el Chile del año 2005, el fenómeno oligárquico adquiere plena vigencia y da cuenta de como a partir del termino de la dictadura y el inicio de la transición en la década de los noventa, los grupos políticos organizados que se incorporaron al sistema democrático aceptando la normativa impuesta por el régimen militar, fueron apropiándose gradualmente de todos los espacios desde donde se generan las decisiones de carácter económico, político y cultural que influyen y determinan la vida de todos los chilenos.
Aceptaron la continuidad del modelo económico neoliberal diseñado por los otrora Chicago Boys, un grupo de economistas asesores de Pinochet, y discípulos de Milton Friedman, fundador junto a Hayek del modelo económico que hegemoniza la vida de millones de personas en gran parte de Occidente.Las consecuencias en la aplicación del proyecto señalado genera por las lógicas que lo fundamentan, un nivel sostenido y creciente de la concentración de la riqueza en los grupos oligárquicos situados en el mundo empresarial. Paradójicamente Chile es un país estable, con un buen índice de crecimiento, con una capacidad de ejercicio de los negocios en el ámbito nacional e internacional, que goza del reconocimiento del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, pero que registra en su desarrollo, una marginalidad laboral y una política de bajos salarios que reproduce y profundiza la pobreza, sin que exista una sensibilidad y al mismo tiempo una predisposición para asumir medidas que rectifiquen el rumbo señalado, incorporando criterios para una mejor distribución del ingreso y una búsqueda de construir una sociedad con mayor equidad social y justicia distributiva.
Hay detrás de este éxito relativo un conjunto de zonas oscuras donde subsisten los bolsones de pobreza dura, por una parte, y la pobreza incorporada al sistema, que se expresa en trabajos de baja valoración monetaria y por tanto de escaso poder adquisitivo y de consumo.
El drama de esta realidad implica que los recursos obtenidos a través de una fuente de trabajo determinado, no les alcanza para resolver un conjunto de temas esenciales para sostener una vida con relativa dignidad. En un país donde se vende la salud, se vende la educación, se vende el transporte, se vende la cultura, se vende la electricidad, se vende el agua de consumo cotidiano, se vende a ultranza; quienes no pueden acceder a la totalidad de los ejemplos descritos, ya están en un contexto de discriminación que el Estado se muestra incapaz de resolver, y donde los grupos empresariales sin conciencia de país ignoran y actúan decididamente para mantener el status quo.
Después de todo, son los grupos económicos los que determinan en gran medida la política salarial y por tanto son los principales responsables de las carencias y limitaciones con las que viven sus propios trabajadores. Quien se enriquece con el trabajo ajeno y no distribuye con equidad debe asumir que es un factor directo en el empobrecimiento material de los chilenos.
De tal manera, que aquellos que se benefician con las políticas macroeconómicas diseñadas por el gobierno y el parlamento, a través de legislaciones especificas y medidas concretas, como la SOFOFA y otras entidades empresariales y financieras, incrementan sus patrimonios de elite y mantienen una política salarial que oscila entre los 100 y 150 mil pesos mensuales para un trabajador de tiempo completo, y con más de una especialidad técnica a su haber. Lo más crítico de esta realidad es que un 65% aproximado de la masa laboral chilena está sometida a este régimen salarial arbitrario.La tan ansiada flexibilidad laboral les permitirá incluso disminuir sus gastos en recursos humanos a su mínima expresión. Porque dada la demanda laboral en un mercado raquítico como el nuestro podrán contratarse trabajadores con intensa necesidad de subsistencia por debajo de los valores descritos.Así la oligarquía económica se consolida, le parece razonable la gestión gubernamental, mantiene contactos con las comisiones económicas del senado y la cámara de diputados, y de una u otra forma, marca tendencia en la legislación del sector.
Por su parte, los poderes ejecutivo y legislativo adquieren un perfil técnico, estructural y concomitante con la legitimación del modelo económico. Entonces se viene una pregunta : ¿Para qué los hombres hacen política en sociedad?. ¿Es la política solo una herramienta técnica y administrativa para validar y legalizar los intereses tácticos y estratégicos de los grupos empresariales?.
Porque con franqueza, reconocemos en el espectro de la política chilena a tres tipos de actores: los políticos que participan de las lógicas y de los intereses del poder fáctico de los empresarios, y por tanto, sus aliados directos en la obra de consolidación del neoliberalismo, los políticos funcionales al sistema pero con alguna intención reformadora de tono menor, pero que los mantiene en un espacio de autoridad y bajo la égida de un termino manoseado como es el de políticos progresistas, y finalmente, los menos, en los espacios formales de la política que efectivamente tienen la predisposición de actuar con una mentalidad transformadora, para hacer de Chile un país más humano y democrático.A este trío es necesario agregar como una categoría diferente, a una nueva generación de políticos cuyo vínculo con los problemas sociales reales de los cuales incluso son victimas, los convierte en protagonistas de la lucha por rectificar el conjunto de inequidades que se imponen a vista y paciencia de los políticos de estilo y de perfil tradicional. Me refiero a los dirigentes del movimiento universitario y secundario, que tras sus legítimas reivindicaciones hacen política desde sus espacios y se confrontan con el poder político del Estado y con el poder fáctico de los grupos económicos. Con menos decisión y organización lo hacen aún los dirigentes sindicales y de otras orgánicas que empiezan a reaccionar.
Reconocemos a las oligarquías de los partidos UDI y Renovación Nacional como los sostenedores políticos principales de este modelo económico cimentado en la injusticia y en la explotación, por tanto, y a pesar de su penetración mediática en los segmentos populares, no representan una alternativa confiable en la búsqueda de mayor equidad y justicia social. Su discurso que es el de sus abanderados presidenciales Lavin y Piñera, es un discurso retórico y demagógico, destinado a manipular la intención de voto de una ciudadanía desinformada y a veces carente de conocimientos para comprender los fenómenos políticos y sociales de mayor complejidad.Respecto de los partidos que integran la Concertación, la realidad está estructurada entre el pueblo que milita y las oligarquías que deciden el curso de los acontecimientos con entera distancia y voluntad respecto de los primeros. En este espacio, todo está previsto para impedir que se modifiquen las estructuras cupulares, posibilitando la reproducción en el poder de los mismos parlamentarios, los mismos mandatarios, los mismos funcionarios en el aparato del Estado a través de los tres períodos de gobierno concertacionistas. Esta oligarquía se caracteriza a si misma como ilustrada, profesional, y con las herramientas necesarias para darle continuidad al desempeño de su gestión.Si a esto agregamos que la mayoría de este grupo pertenece a los segmentos A1 en la estratificación hecha por la oligarquía empresarial y financiera, para la asignación de créditos y otras actividades económicas individuales; concluiremos que sus posibilidades de reproducción en el poder de sus orgánicas está asegurada hasta cuando decidan poner término a este noble ejercicio vocacional, luego de lo cual derivaran el poder a aquellos sujetos funcionales que hayan cooptado en el transcurso de su gestión.
UNA SUERTE DE HERENCIA MEDIOEVAL COHERENTE CON SU PROYECTO, Y NECESARIA PARA LA PERPETUACIÓN DE UN SISTEMA QUE HAN CONTRIBUIDO A PERPETRAR.
Muchos de estos políticos son funcionales al sistema y no tienen conflicto alguno desde el punto de vista de sus ideas con la realidad salarial, la pobreza, la estratificación y el conjunto de discriminaciones que se viven en el país. Aunque expresen lo contrario en el foro público.La realidad establecida por este tipo de políticos hacen difusa la diversidad, de tal manera que es relativamente imposible establecer diferencias entre un parlamentario socialista y uno democratacristiano, descubrir en el ejercicio de su manera de hacer política las diferencias entre un perfil laico y un perfil cristiano, por señalar un ejemplo. Prácticamente todo es homogéneo e integrista, existe casi un solo razonamiento compartido y por tanto se anula la creatividad y la búsqueda de lo nuevo con la intención de generar dinámicas con variantes que cambien el oscuro curso de los acontecimientos.Es algo anecdótico descubrir la intensa vocación de servicio público de personas de niveles medios altos y altos enquistados en partidos que han sido tradicionalmente partidos de trabajadores o de clase media como el partido socialista o el partido radical. Lo más probable es que dada la sapiencia de estos actores de mayor poder económico, de mayores conocimientos en apariencia, y de categórica influencia, se autoconvenzan de que son indispensable para avanzar en un proyecto de sociedad donde prevalezca como condición insustituible, el mundo del trabajo y de las ideas. Curioso, porque hasta el momento y después de 15 años de democracia no lo han hecho.Finalmente, unas notas para el Partido Comunista y el Partido Humanista. Sin duda es necesario reconocer la fuerte vinculación y compromiso del Partido Comunista con los trabajadores manuales y de la cultura, y su constante lucha en defensa de los derechos humanos, paradójicamente asumieron la legalidad política legada por la constitución política del 80, elaborada por un equipo de juristas conservadores que actuaron bajo la tutela de Pinochet en dictadura, entre los que se destacaron Enrique Ortúzar y Jaime Guzmán.El Partido Comunista debe democratizarse, pues la rigidez de su estructura, posibilita la reproducción en el poder de su clase política y por tanto, al igual que los otros partidos, legitima la constitución de su propia oligarquía.No es posible sostener en el poder los mismos liderazgos durante 30 años. Ese fue uno de los graves errores cometidos por las elites políticas de los partidos comunistas en los socialismos reales, lo que derivó en la institucionalización de dictadores como Honnecker en Alemania democrática, Chauschesku en Rumania, que terminaron siendo derrocados por sus propios pueblos. Es necesario, transformar la sociedad pero respetando la diversidad y profundizando la democracia, ausentes de toda forma de totalitarismos.Del Partido Humanista, señalar que es un sector abierto, democrático, con una propuesta ecológica y de una economía sustentable o a escala humana que es un aporte a la discusión teórica sobre estos temas.Finalmente es necesario reconocer la existencia de nuevos sectores que fuera de la institucionalidad política legada por el pinochetismo, hacen política cotidianamente desde la sociedad civil. Un fenómeno nuevo en este escenario democrático restringido y controlado por las oligarquías.Sin acceso al poder ejecutivo y al poder legislativo, entran en esta coyuntura, levantando las banderas reivindicativas de trabajadores y estudiantes, la surDA que encabeza Carlos Ruiz, y Fuerza Social y Democrática que preside el presidente del Colegio de Profesores Jorge Pavez.Se trata de movimientos cuya proyección se debe observar con interés en el futuro, y también de instituciones como Attac, o el Foro Social Chileno que a través de su gestión movilizaron a miles de Santiaguinos para reprobar la presencia de la APEC en Chile, alianza económica que sostiene el modelo neoliberal en el mundo globalizado y del cual forman parte paradójicamente China Popular y Vietnam, dos países con tradición comunista.La izquierda chilena se encuentra difusa entre su tradición y su modernidad, entre sectores socialistas que se sostienen sobre la base de una conciencia crítica al sistema actual y que forman parte del Partido Socialista de Chile. El Partido Comunista que debe avanzar hacia una realidad más democrática en su ejercicio intelectual y político. En los viejos radicales y los grupos emergentes entre los que se encuentran el Partido Humanista, La surDa, Fuerza Social y Democrática, el Foro Chileno entre otros. Partidos, Movimientos, Instituciones para una democracia que se inscriba en la diversidad, que supere la partidocracia estrecha de la sociedad política de hoy.Es necesario iniciar una transversalidad en el debate sin prejuicios, analizando temas, encontrando respuestas, diseñando una estrategia de articulación de grupos para iniciar una ofensiva destinada a transgredir el modelo político y económico actual, altamente insuficiente para enfrentar las tareas de transformación que Chile y los chilenos requerimos para vivir con mayor dignidad y justicia social.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Los comentarios deben ser firmados y serán confirmados por el Consejo Editor